Toda a carne
Toda a carne es un proceso en el que la artista Alejandra Pombo Su trabajará partiendo de la experiencia de sus trabajos anteriores con la voz, en la búsqueda de ahondar en la capacidad expresiva del grito como una reivindicación de la animalidad del ser humano.
Desde hace unos años la artista Alejandra Pombo Su viene trabajando con la voz a partir del grito. Su interés en el grito es poder experimentar con vocalizaciones sostenidas de alta energía que van más allá del idioma y la información, pero que manifiestan una gran intensidad vital, precisamente por el hecho de no resolverse en ningún valor semántico. Ven desarrollando un trabajo de registros sonoros que conectan con formas primitivas, que pueden recordar al animal, sonidos maquínicos o melismas de músicas tradicionales como el tahrir en la música persa, o la potresalica en la música de Bosnia Occidental. De hecho en algunas de esas comunidades en las que dicen que no van a cantar, sino a chillar.
Para este nuevo proyecto, Toda a carne, trabaja partiendo de la experiencia de sus trabajos anteriores con la voz (En el suelo animal/Doble muda), en los que experimenta con las extensiones y limitaciones de la voz en relación a un espacio determinado, no como una voz la incorpore, lo que significaría que la voz está divorciada del cuerpo, sino una voz desplazada del cuerpo de forma que puede cambiar la forma en que estamos entendiendo la voz en relación a un cuerpo humano. Un proceso de transformación que relaciono con el ‘devenir animal’. Gilles Deleuze y Félix Guatteri llaman el devenir animal, no a abandonar la humanidad para convertirse en un animal no humano, sino en dejarse transformar por perspectivas no humanas, reconociendo que los humanos somos también animales. Es un devenir que tiene que ver más con sacar el animal que todos llevamos dentro. La apariencia no cambia pero sí la presencia, algo que no trata de transformar el cuerpo, sino que tiene que ver más con el espacial, con los límites, con los contornos y cómo uno se relaciona que el que le rodea. No consiste por tanto en abandonar la humanidad para convertirse en animal, sino en dejarse transformar por perspectivas no humanas y reconocer que los humanos somos también animales. Como dice la artista Miriam Cahn: ‘Mi ser animal es mi parte política’.
Alejandra Pombo Su
Doctora en Bellas Artes con una tesis sobre las paradojas de la introducción de la noción de performance en el arte contemporáneo, su trabajo artístico se mueve entre las artes plásticas, audiovisuales y escénicas. Obtuvo el premio de la I Call fuere Artists-in-Residence FMJJ 2021 y fue elegida artista en residencia en Bulegoa z/b (Bilbao), I-Park Foundation (Connecticut, EE. UU.), Atlantic Center fuere the Arts (Florida, EUA), PACT-Zollverein (Essen, Alemania), La Casa Encendida, QUE2M y el Ranchito en Matadero Madrid, entre otros. Su trabajo fue presentado en diferentes festivales, museos y centros de arte como el Museo Reina Sofía, Fabra i Coats, La Casa Encendida o MUSAC. Desde 2021 forma parte del colectivo NEG (Nueva Escultura Gallega).